40
SANDRA PATRICIA POMPA SARACHO -MÉXICO-
Narraciones de una mente desentendida
En principio fue el verbo y en verbo me convertí,
Te voy a escribir un libro de amor condenado,
Donde pena mi alma atada a tu nombre
y tu condena serán mis dulces letras de amor en el olvido.
Te guardé en una cajita el amor confeso,
Entona en una melodía el descuido de esa pasión nuestra,
Un amor sin tiempo, sin adiós, en espera
Este amor proscrito a encontrarse una y otra vez,
Sin presencia,
a la distancia,
sin abrazo en las noches en las que sonríe la luna,
Y dicta su sentencia con sangre de amor maldito.
Nos encontramos al alba,
Somos Luna y Sol
Dibujados en el horizonte,
compartiendo un instante- beso
Para seguir un destino ajeno a este idilio de caricias inciertas.
Te espero en la aurora,
cantaré canciones de marea baja
Para que me ilumines un segundo de amor con tu reflejo.
Y pedir un deseo,
pero,
La magia no responde a los placeres
responde al destino,
Tu día / yo noche
Te quise a tiempo en el destiempo del instante en el que guardo tu mirada.
En principio fue el verbo y en verbo me convertí
Te voy a escribir un libro de amor condenado
Donde espera mi alma por ti.
* * *
Me haces falta por las mañanas en el café.
En cada línea que dibujo y no te encuentro.
Ahora me trazo sola como queriendo aparentar que existo.
Pero miento.
No puedo difuminar los miedos y no recuerdo tu rostro para colorear un Goliat que pueda salvarme.
Me haces falta en cada incertidumbre porque recuerdo que siempre encontrabas el camino a casa.
En el espejo,
a través de él
donde nuestros cuerpos se rompen y somos alma.
Extraño el azul de tu mirada, de tu alma.
De tu abrazo.
De tu mano.
Dibujo un beso de luna triple encerrada en una prisión con un extranjero dentro.
Yo soy esa mar que ves a través de las barras de tu encierro.
Una caricia también de espuma blanca que te recuerde mi aliento.
Un tiempo perdido en las notas del cliché de una canción.
Sorbo mi café
Y recuerdo que me haces falta.
* * *
Entonces te encontré o me encontraste
Nos vimos un instante en el tiempo, en el espacio, recordaste el color de mi alma y me entregaste el regalo preciado del deseo.
Una piedra roseta para guiar el camino de la existencia. Te recuerdo, te pienso, te escribo, te hago inmortal en las letras de mis recuerdos.
Amo tu desnudez, tu cuerpo, tu alma,
amo tus ojos que me vieron clara,
amo la tarde
y tu bastón de miradas sirenas.
Eternas las notas de tu voz retruenan en mi mente y huelo a sal,
a ti,
a nuestra tarde infinita de un instante.
Te regalo mis lunas que son mi sol,
atrapo universos versos
para que cada mañana / noche
sin tiempo
mi recuerdo acaricie tu pensamiento.
* * *
Besos de espuma blanca y rayos de sol.
Tu mano roza sobre mi vientre,
mientras humedeces mi cuerpo con un beso de luna blanca.
El tiempo acorrala tu llegada en una bocanada de humo viajero...
Sopla entonces tu destino cerca de mi suerte,
para que tu mirada se pierda en el siempre vacío de mi ojos negros.
Un beso que me despierte el alma para poder morir en paz.
Tú ....beso que nunca he de sentir,
tu beso que apacigua mi locura.
Dame un beso
Uno de espuma blanca
que dibuje en la marea una historia sin fin en el vaivén del deseo.
* * *
Faro de caricias
Te construyo un faro de caricias, mientras veo tu barco dibujarse en el horizonte.
El sol me entrega tu partir en una silueta lejana, pintada de sombras sobre tonos cálidos.
Suspiro y sopla una brisa que llega a tu vela,
Y te aleja aún más.
En mi puerto nunca hubo calma que te permitiera embarcar
“eres tempestad”, Dijiste mientras levabas anclas.
Debo confesar que estoy acostumbrada a ver este puerto vacío,
desgastado,
roto.
Como si hubiese decidido que nunca más nadie pudiera embarcar aquí.
Me siento en la oquedad y observo el inmenso mar que me rodea
Que no es más que soledad
Miedo.
y te pienso.
Y te escribo
Y te construyo un faro de caricias que rememoran mi piel
Y te susurro en la mente
Y te grito en el silencio
Tu mano en mi hombro
En mi cintura
Tu dedo en mi boca
Tu cuerpo entero rendido sobre mi cuerpo,
tu aliento de besos olvidados.
Entonces te imploro en verso de tinta sangre
Que te quedes,
Que tomes mi mano y no me sueltes
Pero eres náufrago de otras aguas,
de otros besos,
de otra playa.
Nuestra historia es efímera como las olas que escampan en las rocas que rodean esta mi isla desierta,
se esfuman en gritos que se disipan en el rugir de esta tormenta en la que me he convertido.
Llueven entonces mis anhelos quebrantados
Se mojan mis paisajes
Me ahogo en pensamientos que me llevan a ti.
Mañana promete que llevarás flores al mar para que acaricien mi puerto.
Para saber que no me olvidas
Que me sientes
Que mis caricias no fueron de espuma,
Que no se desvanecen,
Que vibran en tu mente,
En la entrepierna
En tus ojos, que se llevan la última parte viva que guardaba mi alma.
Soy la niña de tus ojos,
Me acuesto en tus pupilas
Y te enciendo un faro de inagotable aceite en el deseo
De palabras muertas
de besos recordados
De ilusiones latentes
Y de tu mano sobre mi piel.