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DAMIÁN JERÓNIMO ANDREÑUK -ARGENTINA-
PELEAR CONTRA LA NIEBLA
Número 10 de la Colección Prima de Trinando
Adquiéralo en
https://www.autoreseditores.com/libro/24433/damian-jeronimo-andrenuk/pelear-contra-la-niebla.html
Magnetismo
Existe una mujer
sensual y turbia.
Que desprecia cada canto de los pájaros.
Que tiene gusto a oscuridad en todo el cuerpo.
Que solamente se entusiasma por formas o por oropeles.
Existe una mujer
lujuriosa y siniestra.
Degradándose hasta la locura.
Tan tóxica como apetecible.
Existe una mujer
con una trampa despiadada
que acecha tras su magnetismo.
* * *
El vino de la vanidad
Este fantasma llamado realidad
se debilita por momentos.
Nada para celebrar tras estos años convulsos.
Los vendavales de la muerte han amainado sólo un poco.
Los engaños de las apariencias promueven jaulas estrechas,
confusión, brillos falaces.
Los pasatiempos de los mercachifles triunfan sobre lo divino.
Como una bestia exasperada sigo resistiendo
bajo esta lábil certidumbre
que me ampara cada día.
¿Por qué corremos sin descanso en los pantanos del absurdo?
¿Por qué bebemos insaciables el vino de la vanidad?
¿Por qué aceptamos con genuflexiones pesadillas que nos impusieron?
* * *
La roja melodía del ocaso
Quienes exhiben sin pudor
una vasta colección
de afectaciones y amaneramientos.
Quienes se entregan en silencio a todo el escapismo.
Quienes simulan ser salvajes.
Quienes modulan torpemente como un coro
la roja melodía del ocaso.
Quienes engañan.
Quienes ignoran a su sangre.
Quienes dejan una estela ennegrecida
que abrasa el cariño.
Quienes en medio de la suciedad de sus maldades
guardan piedras gigantescas para las prostitutas.
* * *
Abrazo sin mentira
Y un día moriré.
Y habrá quien dirá entonces:
lo he conocido. Se desolló la vida
para afirmar no importa.
Era violento, frágil, compasivo.
Y cómo sonreía. Cómo entendía los silencios.
Y habrá quien dirá entonces:
evidenciaba el sufrimiento en todo el cuerpo.
No hubo modo de que logre acostumbrarse
a su amor más extremo.
Ya nada le pertenecía.
Y habrá quien dirá entonces:
era muy raro.
Pero algo ardía con su aullido espeluznante
o con su abrazo sin mentira.
* * *
Aire huérfano
Ella me deja este aire huérfano.
Esta sonrisa imperceptible que me hace transparente.
Y de pronto estoy volando si me mira a los ojos.
La música del sol, las estrellas fugaces proliferan.
Ese desgarro por mujeres fabulosas
que he amado solitario desde la distancia
al fin se desvanece.
Ella me deja en éxtasis.
En una cálida embriaguez de lirios desplegándose.
Y entonces tengo alas milagrosas
para contrarrestar al mundo.
Me siento sólo un niño
observando con fascinación.
Desnudo totalmente
de máscaras de vanidad
y gélidas solemnidades.
* * *
Sencillez irreprochable
Quise escribirte una poesía con sílabas ardientes.
Con entusiasmo y dignidad y corazón.
Con palabras verdaderas que alivien nuestro desafío
de andar sobreviviendo.
Quise escribirte una poesía como un fuego perdurable.
Como un crepúsculo celeste del amanecer.
Como un latido estremecido
inspirado por tus manos.
Como una bella discreta resistencia
a la obstinada locura de estos días.
Quise escribirte una poesía
para desanudar mi sombra.
Para adorar
tu altura de cipreses.
Celebrar
tu viva transparencia.
Quise escribirte una poesía
sin adiós, sin engaño, sin cautiverio.
Algo que ayude
a enjugar todas las lágrimas.
A defender
tu sencillez irreprochable.
Quise escribirte una poesía.
* * *
Tesoros humanos
Aquí declaro:
llegué sin pertenencias a esta tierra.
He violentado en ocasiones mis tesoros más humanos.
He rechazado la avidez, la mentira, la concupiscencia.
Aquí declaro:
encontré puertas clausuradas
tras el fuego del enamoramiento.
Busqué un rumbo, un bálsamo, un refugio.
Forjé mi salvajismo.
Nunca olvidé mi tumba.
Sentí que soy de un mundo que no es éste.
Que toda lucidez es agonía.
Aquí declaro:
si hay poco riesgo o poco corazón
los sueños se nos mueren.