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DAMIÁN JERÓNIMO ANDREÑUK -ARGENTINA-

  • Damián Jerónimo Andreñuk nació en City Bell en 1986 y reside en Villa Elisa, ambas localidades ubicadas en el partido de La Plata, Buenos Aires, Argentina. Publicó once libros, todos a través de certámenes en diferentes editoriales: Omisiones (Raíz alternativa, 2010), Portales al vacío (De Los Cuatro Vientos, 2011), Formas concretas (Hespérides, 2013), Silencio de crisálidas (Literarte, 2015), Metástasis (Luz del alba, 2015), Vértigo insondable (Mis Escritos, 2017), Música del polen (Hespérides, 2021), Yamila (3K, 2021), Donde orinan los lobos (Fela, 2021), Dimensiones de lo breve (Mis Escritos, 2022) y Pelear contra la niebla (Trinando, 2023). Además, a nivel nacional e internacional, obtuvo distinciones en concursos y fue seleccionado para colaborar en revistas y antologías.
     

PELEAR CONTRA LA NIEBLA

Número 10 de la Colección Prima de Trinando

Adquiéralo en

https://www.autoreseditores.com/libro/24433/damian-jeronimo-andrenuk/pelear-contra-la-niebla.html            

 

 

 Magnetismo
 
Existe una mujer
sensual y turbia.
Que desprecia cada canto de los pájaros.
Que tiene gusto a oscuridad en todo el cuerpo.
Que solamente se entusiasma por formas o por oropeles.
 
Existe una mujer
lujuriosa y siniestra.
Degradándose hasta la locura.
Tan tóxica como apetecible.
 
Existe una mujer
con una trampa despiadada
que acecha tras su magnetismo.

 

 

*     *     *

 
        El vino de la vanidad
 
  Este fantasma llamado realidad
  se debilita por momentos.
  Nada para celebrar tras estos años convulsos.
  Los vendavales de la muerte han amainado sólo un poco.
  Los engaños de las apariencias promueven jaulas estrechas,
                                             confusión, brillos falaces.
  Los pasatiempos de los mercachifles triunfan sobre lo divino.
  Como una bestia exasperada sigo resistiendo
                 bajo esta lábil certidumbre
              que me ampara cada día.
 
  ¿Por qué corremos sin descanso en los pantanos del absurdo?
  ¿Por qué bebemos insaciables el vino de la vanidad?
  ¿Por qué aceptamos con genuflexiones pesadillas que nos impusieron?

 

 

*    *    *

 
La roja melodía del ocaso
 
Quienes exhiben sin pudor
una vasta colección
de afectaciones y amaneramientos.
Quienes se entregan en silencio a todo el escapismo.
Quienes simulan ser salvajes.
Quienes modulan torpemente como un coro
        la roja melodía del ocaso.
 
Quienes engañan.
Quienes ignoran a su sangre.
Quienes dejan una estela ennegrecida
            que abrasa el cariño.
Quienes en medio de la suciedad de sus maldades
guardan piedras gigantescas para las prostitutas.
 

 

*    *    *


     Abrazo sin mentira
 
Y un día moriré.
Y habrá quien dirá entonces:
lo he conocido. Se desolló la vida
           para afirmar no importa.
Era violento, frágil, compasivo.
Y cómo sonreía. Cómo entendía los silencios.
Y habrá quien dirá entonces:
evidenciaba el sufrimiento en todo el cuerpo.
No hubo modo de que logre acostumbrarse
                     a su amor más extremo.
Ya nada le pertenecía.
Y habrá quien dirá entonces:
era muy raro.
Pero algo ardía con su aullido espeluznante
                o con su abrazo sin mentira.

 

 

*     *     *

 


            Aire huérfano
 
Ella me deja este aire huérfano.
Esta sonrisa imperceptible que me hace transparente.
Y de pronto estoy volando si me mira a los ojos.
La música del sol, las estrellas fugaces proliferan.
Ese desgarro por mujeres fabulosas
que he amado solitario desde la distancia
                      al fin se desvanece.
 
Ella me deja en éxtasis.
En una cálida embriaguez de lirios desplegándose.
Y entonces tengo alas milagrosas
para contrarrestar al mundo.
Me siento sólo un niño
observando con fascinación.
Desnudo totalmente
de máscaras de vanidad
y gélidas solemnidades.

 

 

*     *     *

 
              Sencillez irreprochable
 
Quise escribirte una poesía con sílabas ardientes.
Con entusiasmo y dignidad y corazón.
Con palabras verdaderas que alivien nuestro desafío
                   de andar sobreviviendo.
 
Quise escribirte una poesía como un fuego perdurable.
              Como un crepúsculo celeste del amanecer.
                     Como un latido estremecido
                      inspirado por tus manos.
Como una bella discreta resistencia
a la obstinada locura de estos días.
 
Quise escribirte una poesía
para desanudar mi sombra.
Para adorar
tu altura de cipreses.
Celebrar
tu viva transparencia.
 
Quise escribirte una poesía
sin adiós, sin engaño, sin cautiverio.
Algo que ayude
a enjugar todas las lágrimas.
A defender
tu sencillez irreprochable.
 
Quise escribirte una poesía.

 

 

*     *     *

 
        Tesoros humanos
 
Aquí declaro:
llegué sin pertenencias a esta tierra.
He violentado en ocasiones mis tesoros más humanos.
He rechazado la avidez, la mentira, la concupiscencia.
 
Aquí declaro:
encontré puertas clausuradas
tras el fuego del enamoramiento.
Busqué un rumbo, un bálsamo, un refugio.
Forjé mi salvajismo.
Nunca olvidé mi tumba.
 
Sentí que soy de un mundo que no es éste.
                   Que toda lucidez es agonía.
 
Aquí declaro:
si hay poco riesgo o poco corazón
los sueños se nos mueren.